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lunes, 31 de octubre de 2016

Poema de Lovecraft

Halloween en un suburbio



Campanarios blancos a la salvaje luz lunar,

Y árboles dotados de un argénteo fulgor;

Las altas chimeneas ven a los vampiros volar,

Mientras las arpías en el cielo superior,

Revolotean y ríen en derredor.

Pues la aldea muerta que bajo la luna yace,

Jamás llego a brillar en el ocaso,

Creciendo en las profundidades de los muertos años,

Allí donde el río de la locura se abre paso

Hasta lo profundo de un abismo en un pozo de sueños.

Un gélido viento sopla entre columnas de gavillas

En lívidos prados que resplandecen,

Y se desliza allí donde las lápidas brillan

Y los [[gules]] del cementerio agradecen

La comida que ante ellos aparece.

Ni un hálito de los extraños dioses grises del cambio

Que arrancaran desde el pasado lo que es suyo

Podría acelerar esta hora, en que un poder espectral

Sobre el trono cósmico el sueño sembrara,

Liberando una desconocida vastedad.

Así que se extienden de nuevo, el valle y la llanura

Observados por ya olvidadas lunas,

Y los muertos saltan jubilosos, bajo los pálidos rayos

De las oscuras fauces de la tumba manando

Para sacudir al mundo con espanto.

Y todo aquello que surgirá por la mañana,

La pestilente fealdad

De manzanas de ladrillos y piedra,

Con los demás algún dia estarán,

Habitando junto a sombras de maldad.

Ladrarán pues en la sombra, los lémures salvajes,

Y ascenderán leprosas espirales;

Pues tanto lo nuevo como lo viejo son iguales

Del horror y de la muerte están sembrados,

Para por los sabuesos del Tiempo ser devorados.

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